miércoles, 5 de junio de 2013

Sangre de muérdago



Crónica publicada en abril de este año en la revista de actualidad musical donde colabororo, Desconcierto 


Existe la música que se escucha en el momento como quien se come un helado, se tararea, se baila, incluso se recuerda, pero que con el tiempo se borra, y la que deja una huella, un tatuaje. La música de la banda galaico-germana Sangre de muérdago, es de esta última especie, de la que no se olvida. Su concierto del pasado sábado 6 de abril en el local Tío Ovidio de A Coruña, no fue precisamente un concierto. Debería crearse una palabra más concreta para definir la música en vivo que escapa al espectáculo, al esperpento que implica todo espectáculo, que cae demasiado a menudo en lo aparatoso y grotesco. Sin micrófonos, sólo con la compañía de diferentes tipos de cuerdas, sus voces y unas diáfanas velas, lograron fermentar en el ambiente la magia que, como ellos/as aseguran en sus letras, se ha perdido para siempre en la vorágine de destructivas metamorfosis de nuestro archi nombrado “sistema”.





A medio camino entre lo cantado y lo narrado, lo artístico y druida, la sensación en el público de llenarse por completo de esa magia, para devolver al Atlas durante ese tiempo suspendido, trocitos de instantes paganos que parecían haber sido arrancados de su cuerpo para siempre; sin duda fue generalizada. Cierto es que el folk y sobre todo el neofolk, se presta de lleno a configuraciones surgidas de lo secreto, de lo oculto, de lo íntimo. Es frecuente que las voces surgidas en estos estilos, sean susurradas, pidan casi permiso para hacerse escuchar. De hecho, el cantante, Pablo C, recuerda a varios cantautores sudamericanos, no sólo por el tipo de voz, sino también por la queja política subyacente, la cadencia y finalmente la poética que se desprende de la misma. Entre ellos, cabe citar al mítico nigromante uruguayo Eduardo Darnauchans, fallecido desafortunadamente hace unos años. La añadidura de la cellista Heike y la violinista Sophie Sesam, en esta banda gallega-alemana entre otros/as, completan esta fórmula maravillosa y salvaje.



Palabras delicadas, puras, unidas a la tierra, entendidas tradicionalmente en femenino, pero cantadas en este caso mayoritariamente por un hombre que conjura verdades, ya era hora… tales como: “…Eu quixérame fundir na fragua do ferreiro, e tornarme nun coitelo e xustiza facer. Mais ainda que asi fose a escuridade caeu, e todo cubriu, eu xa non sinto nada. Mais a lúa guiarame nos camiños escuros levarame de volta ó útero materno…”. Esto declama, entre otras cosas, su hermoso tema-manifiesto: ‘Longo camiño de desaprendizaxe‘, correspondiente a su último disco: “Deixádeme morrer no Bosque” (Autoeditado, 2013).



Si pecamos de otra comparación, quizás venga a la cabeza el folk personal y ultra intimista de la veterana británica Vashti Bunyan quien se inspiró para producir buena parte de sus tiernas canciones-nanas en un largo viaje que emprendió en burrito y caravana rumbo a las Islas Hébridas cuando era muy joven. Claro que en Sangre de muérdago la tónica es mucho más introspectiva, oscura, y emerge en todo momento el lamento por la desaparición a estas alturas total, de tiempos prístinos, anteriores a la egomaníaca civilización. Imaginamos perfectamente a estas y estos artistas de “Sangue de visgo”, peregrinando hacia lugares sagrados, pero por lo profano, y perdidos donde abundaba la piedra, desde enclaves gallegos pasando también, ¿por qué no? por los escarpados y gélidos gneis de las Islas Hébridas.



Hace falta tirar un balde de agua del río a la mente más que de vez en cuando, y recordarnos que al fin de al cabo, somos animales, y que tanto vivimos como morimos. Es por lo tanto una grandeza que esta banda nos lo recuerde de manera tan profunda y entregada, y, lo que es fundamental, íntegramente en la lengua más “agarimosa” que puede haber: la gallega. Me corrijo: una de las más agarimosas. Si en el intento de entender, morimos, pues mejor que mejor: muramos, pero al menos lo haremos sobre el lecho verde del bosque.

Rosanna Moreda
Posted by Picasa

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