Foto de Rodrigo Forteza, Shanghai, 2012 Una de las primeras lecciones de la vida adulta: que nunca se está seguro. En cualquier momento se nos puede apartar de un estado de seguridad inocente y sumirnos en el opuesto, sin situación intermedia; tan por encima de nosotros se elevan las aguas de nuestra propia imperfección y de la de otras personas. Iris Murdoch La Campana |
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