Vieja taberna de Brest 2009 No importa adónde lleve mi camino, no importa dónde me retire, en suma, no importa cómo o por qué o adónde vaya, allí están ellos. En caminos o vericuetos, calles y plazas, en callejones, paseos o avenidas, parecen surgir de todas partes, hombres con los que no me he casado. Los miro cuando pasan junto a mí; a cada uno observo con asombro, Y "por Dios bendito", exclamo, "¡allí va ese tipo cuyo apellido podría llevar yo!" No representan una especie rara, andan y hablan como los demás; son agradables a la vista -pero solo agradables- hombres con los que no me he casado. Seguro que a ojos de sus madres cada uno es un hombre de verdad. Pero aunque estén en lo alto del ranking en casa, yo no cambiaría de opinión por ellos. Y pese a todo, la preocupación no platea sus sienes; ni se engalanan de ramitos de ruda. Es curioso que no les importe... a esos hombres con los que no me he casado. Post scriptum Si un día tuvieran la ocasión de compartir su suerte conmigo, toda una vida, sin duda me ofrecerían el aire... hombres con los que no me he casado. Dorothy Parker (Magnífica traducción de Isabel Núñez) |
sábado, 29 de marzo de 2014
Hombres con los que no me he casado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario