martes, 19 de mayo de 2015

No sangra el corazón, mira adentro



Hay pecados o (llamémoslos como los llama el mundo) malos recuerdos que la persona oculta en los lugares más sombríos del corazón, pero que permanecen allí aguardando.  Quizá permita que su memoria se oscurezca, los deje estar como si nunca hubieran sido y llegue a persuadirse de que no fueron o al menos de que fueron de otro modo.  Sin embargo, una palabra casual los evocará repentinamente y se levantarán a encararse con ella en las circunstancias más variadas, en visión o en sueño, o mientras el cémbalo y el arpa apacigüen sus sentidos o entre la fresca tranquilidad argentina del atardecer o en  la fiesta a medianoche cuando ya esté llena de vino.  No para insultarle vendrá la visión, como a quien está bajo el peso de su ira, no por venganza, para separarle de los vivos, sino amortajada en la triste veste del pasado, silenciosa, remota, llena de reproche.

James Joyce
Ulises

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