lunes, 30 de abril de 2018

Era un vagamundo





Vándormadár volt

Era un vagamundo. No lo enjuicien.
Puede ser que fuera por los caminos de otros,
en un mundo pintado, con alas pintadas.
Nadie lo conocía, él no conocía a nadie.
Siempre buscó ambos extremos.
Ya no le culpo.
Cargaba en secreto imágenes de otoño
y en tanto centelleaba sobre el paisaje,
dejó que le doliera irracionalmente
cada rayo y cada vibración.
Si era grande su miedo, supo contar
de madres maravillosas con ojos de almendra,
entonces, lo material se dilató
y de su río de lava disimulado
silbaban sombras misteriosas.
A sus muertos, no los resucitó
porque los visitaba cuando podía,
y en sueños también volvía
a ciertos lugares, con tenacidad.
Otros se perdieron.
Él no se preocupó de permanecer
en los espejismos.

                                                      Noémi László



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